Termos Pali
jhana, samadhi. Jhana es siempre «contemplación», jhayin» (como dhira) es siempre «contemplativo». La traducción habitual de C. A. F. Rhys Davids y de F. L. Woodward por «meditación» o «meditación serena» debilita enormemente los valores propios de estos términos1 . Aún menos apropiada (y puede agregarse, más bien «Victoriana antigua») es la traducción de jhayino, que hace Lord Chalmer, por «aquellos que Ensuenan» y de jhayi por «Ensonación» (Sutta-Nipata 719, 638). Contemplación, una palabra de significado preciso en los contextos europeos correspondientes, es todo menos «sonar de día». Jhana tiende hacia, y alcanza su fin en, samadhi2 .
Samadhi es etimológica y literalmente «síntesis», y generalmente es así como mejor se traduce en contextos tanto budistas como sánscritos: dharana, dhyana y samadhi corresponden exactamente a consideratio, contemplatio y excessus o raptus en Richard de S. Victor y otros contemplativos cristianos; excessus y raptus implican, en el primer caso, una «salida de uno mismo» y, en el segundo, un ser «sacado de uno mismo», y, en ambos casos, un consecuente «estar en el espíritu» y así en el «Sí mismo» real de uno; pero, de estos dos términos, el último es inadecuado para los contextos indios, pues el yoga es una disciplina «activa» en vez de una disciplina «pasiva» o «mística».
En samadhi ya no hay ningún objeto de contemplación; en avitakka samadhi uno es lo que uno conoce; uno conoce, ciertamente, pero no es una segunda cosa, otra que uno mismo, lo que uno conoce; hay adaequatio rei et intellectus, como in divinis3 . Los valores sintéticos implícitos en la expresión común ajjhatam (adhyatmam) susamahito, «completamente Auto-centrado»4 , se muestran claramente en Anguttara Nikaya II.29 (que corresponde a Aitareya Áranyaka III.2.1), donde se dice que todos los poderes del alma (kusala dhamma) convergen hacia un único punto, en el que se unifican, de la misma manera que las vigas de un domo convergen y se aúnan en la clave de bóveda (del techo). La posesión de iddhis depende enteramente de jhana y de samadhi, los cuales iddhis son, hablando estrictamente, «poderes» del Espíritu y no del sí mismo individual.
NOTAS